Una meta principal de las escuelas y colegios cristianos es promover una cosmovisión bíblica en sus estudiantes. Pero, ¿qué es cosmovisión bíblica?
Una meta principal de las escuelas y colegios cristianos es promover una cosmovisión bíblica en sus estudiantes. Pero, ¿qué es cosmovisión bíblica? ¿Cómo se puede definir? ¿Cómo sabremos si hemos cumplido esta meta? Me pregunto cuántos colegios y escuelas se han hecho estas mismas preguntas o si miden su cosmovisión de acuerdo al progreso académico. Primordialmente, esta es una preocupación en la disciplina de ciencias. ¿Estamos preparando adecuadamente a nuestros estudiantes para examinar evidencia científica a la luz de la Biblia para que su fe no sea desafiada?
El término cosmovisión proviene de la raíz de la palabra alemana weltanschauung. Se puede definir como un “concepto detallado o imagen del universo y de la relación de la humanidad con él” o “la manera de ver e interpretar el mundo (Diccionario de la Real Academia Española). Entonces una cosmovisión bíblica es un sistema de creencias internas que se acerca a todas las circunstancias de la vida a la luz de la verdad de Dios como se revela en Su Palabra, la Biblia. Todas mis decisiones y acciones subyacen en mis valores y creencias. Por lo tanto, lo que creo y pienso determina básicamente mi conducta. Es por eso que Proverbios 4:23 dice: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida” (NTV). Las escuelas y colegios cristianos no pueden olvidar este principio básico cuando educan a sus estudiantes.
Varios factores contribuyen al desarrollo de una cosmovisión bíblica en el estudiante. En un estudio, Raymond Meyer descubrió que la duración del compromiso personal de estudiante con Cristo fue un factor clave en el pensamiento bíblico. También descubrió que el apoyo familiar y la relación con la iglesia local era importante. Aunque el tiempo de estudio en una escuela cristiana no demostró ser importante (2003, 174), éste coincide con el compromiso de la familia con el cristianismo y probablemente también con el compromiso personal de los estudiantes. Otro estudio demostró que los estudiantes que han estado expuestos previamente a las ideas creacionistas recibieron un puntaje superior en pruebas de cosmovisión bíblica que los que no habían sido expuestos y esa instrucción directa en el tema incrementó las calificaciones del estudiante (Deckard et al. 2003).
Por otro lado, la cosmovisión del docente también hace la diferencia. Estudios han demostrado que la cosmovisión del docente moldea la cosmovisión de los estudiantes a tra-
vés de la duración de una materia o curso. James A. Fyok afirma “que cuando un miembro
del personal docente con experiencia enseña un curso desde una cosmovisión bíblica aumenta el entendimiento bíblico en temas de cosmovisión. Tejer intencionalmente una verdad bíblica en la metodología educativa y el contenido del currículo parece tener un efecto positivo en la cosmovisión de los estudiantes” (2008, iii). Los maestros son personas que influyen. Su trabajo es hacer un impacto en los estudiantes así que no debe sorprender que, en efecto, ellos afectan las cosmovisiones de sus estudiantes.
Muchos colegios y escuelas cristianas cuentan con el maestro para desarrollar una cosmovisión bíblica en los estudiantes sin averiguar primero la cosmovisión del docente, ni ofrecen ninguna capacitación en la materia. Muchos creen que el maestro es “la clave de la instrucción de cosmovisión y de una perspectiva cristiana de ciencias” (Guthrie 2009, 86). Sin embargo, la triste noticia es que un estudio del grupo Barna demostró que menos de uno de cada cinco cristianos nacidos de nuevo (19 por ciento) tenía una cosmovisión bíblica como se determinó por su posición en seis enseñanzas bíblicas básicas (2009). ¡Esto es alarmante! Si la mayoría de los adultos no tienen una cosmovisión bíblica sólida ¿cómo pueden cultivarla en la siguiente generación?
Hasta aquí, las escuelas cristianas no tratan este tema importante. Contratan maestros quienes en la entrevista responden de forma correcta, pero esos maestros ¿en realidad viven una vida de acuerdo a la Palabra de Dios? No estoy diciendo que los maestros son malos o maquinan cosas malas sino que todos nosotros hemos sido infiltrados por este mundo más de lo que nos imaginamos. No nos detenemos lo suficiente a analizar o evaluar nuestros pensamientos y creencias; fallamos en observar las inconsistencias o errores en nuestra lógica. Las escuelas y colegios cristianos podrían seguir ciertos pasos para rectificar esta situación:
Sé que el tema de los libros de texto algunas veces es sensible, especialmente con la materia de ciencias. Muchos colegios y escuelas cristianas utilizan libros de texto seculares porque son exactos, por los complementos de las series y la calidad en general; Sin embargo, no hay diferencia estadística entre los resultados de las pre pruebas de ingreso a la universidad (ACT, por sus siglas en inglés) cuando usan libros de texto cristianos o libros de texto seculares (Guthrie 2009; 89, 139-140). Entonces desde la perspectiva de ciencias, los estudiantes de igual forma se preparan, independientemente de la editorial. No obstante, ¿qué se dice de la cosmovisión? Me atrevo a decir que habría una probable diferencia entre la cosmovisión bíblica de los estudiantes que utilizan libros de texto de ciencias con enfoque cristiano de quienes usan el material con enfoque secular. Mientras hay muchos excelentes maestros de ciencias que están enseñando a sus estudiantes a pensar desde una perspectiva cristiana en cada área, hay probablemente otros que no. No digo todo esto porque crea que la educación cristiana no es eficaz. ¡Me encanta la educación escolar cristiana! Soy producto de la educación escolar cristiana y soy una educadora cristiana. Sencillamente deseo que cumplamos el propósito para el que fuimos creados: preparar estudiantes a pensar y vivir como Cristo en este mundo para que puedan entrar a las arenas seculares equipados para resistir las cosmovisiones ateas y humanistas así como para provocar cambios en las personas que los rodean. Creo que podemos hacerlo de forma más efectiva si consciente y fielmente examinamos nuestra propia cosmovisión; entonces podremos fomentar una cosmovisión bíblica en nuestros estudiantes. Debemos operar desde una posición de conocimiento e intencionalidad. La misión es muy importante. Ser negligentes e ignorantes no es una opción.